El líder inspirador (3)

27 junio, 2019

Por Alejandro Moronta

Los instantes más oscuros fueron los más memorables

Si se habla de cuál es la visión de un líder, la que presentó Churchill era clara: no capitular ante Alemania e inspirar a su pueblo a luchar. El mensaje era fuerte y a la vez inspirador, a pesar de las circunstancias y sobresaltos, y sería consistente a lo largo del tiempo.

Una de las primeras medidas de Churchill fue el establecimiento de la Dirección de Operaciones Especiales, con labores de inteligencia. Parte del trabajo de esta organización fue el desarrollo de una máquina para descifrar los mensajes codificados de las tropas enemigas. Su apoyo a iniciativas científicas incluye el desarrollo del radar y de la energía nuclear. En sus diferentes funciones públicas, promovió un ambiente donde las mentes más brillantes podían desarrollar sus ideas en el desarrollo de tecnologías.


En sus diferentes funciones públicas, promovió un ambiente donde las mentes más brillantes podían desarrollar sus ideas en el desarrollo de tecnologías.


Poco después de convertirse en Primer Ministro, Churchill tuvo una de sus primeras pruebas de fuego. Dunkirk es una ciudad portuaria en el norte de Francia, muy cerca de la frontera con Bélgica. Las tropas alemanas habían acorralado a belgas, británicos y franceses. No podían enfrentar al enemigo y el mar estaba a sus espaldas. Se inició una colosal operación de rescate, donde más de 300,000 soldados fueron evacuados desde Francia a Gran Bretaña. Churchill se ganó una vez más el aprecio y apoyo de la población.

Gran Bretaña estaba prácticamente aislada. Era una isla frente a un continente ocupado mayormente por Alemania y los nazis se abrían otros frentes, como por ejemplo la guerra contra la Unión Soviética. La relación de Gran Bretaña con este país era de respeto, a pesar de las diferencias en cuanto al manejo del Estado. Los británicos tenían un régimen monárquico, y los soviéticos un régimen comunista. Como el enemigo de mi enemigo es mi amigo, los británicos proveyeron a los soviéticos un gran apoyo bélico. Sin el apoyo de Gran Bretaña los alemanes hubieran tomado Moscú, a la que se acercaron a unos 100 kilómetros en su avance hacia el este de Europa.

Si en una organización se hablara de un proyecto crítico, con impacto en todas las personas, el tema de manejo del cambio estaría a la orden del día. Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill se comunicaba frecuentemente con pueblo británico sobre el estatus de la guerra. No sólo era una comunicación de una vía, por radio, en aquella época. Además, Churchill salía a las calles y lugares públicos para hablar con la gente y escucharla. Luego de bombardeos alemanes iba a las zonas afectadas a confortar y alentar a los ciudadanos. Dispuso una compensación para las personas que resultaran con sus casas impactadas por los bombardeos. Siguiendo con la accesibilidad y comunicación, de la mano con el liderazgo, hubo momentos en que los propios militares le preguntaron a Churchill su opinión sobre temas bélicos.

Sin ni siquiera soñar con las redes sociales modernas, colaboradores, opositores, líderes de otros países, ciudadanos británicos y de otros países recibían comunicación por parte de Churchill. Hace más de 7 décadas hizo varios viajes a los Estados Unidos, definiendo la estrategia y buscando apoyo para derrotar a los alemanes. Estos viajes eran de 17 horas de vuelo en aviones a hélice. En uno de esos viajes, cuando se acercaba a Gran Bretaña, su avión fue confundido y por poco es derribado por las propias fuerzas británicas. Hay que contar además con las reuniones cumbre con Stalin y Roosevelt o Truman, tanto en Teherán en 1943, como en Yalta y Postdam, estas últimas en 1945.

La mente del estratega

Un líder de una institución privada, pequeña o grande, tiene un trabajo estratégico que hacer. La competencia es fuerte y en los negocios, como en la guerra hay que tener planes alternativos. Churchill buscó una alianza estratégica. Se acercó a Estados Unidos, negociando el que los norteamericanos usaran bases militares británicas a cambio de barcos. Aquí hay que recordar que los submarinos alemanes estaban al acecho de los barcos británicos, llegando a hundir cientos de ellos en el océano Atlántico. En adición, buscó tercerizar la producción de aviones en EE. UU. dadas las limitaciones de Gran Bretaña para producir y obtener materiales, si se parte del hecho de los bombardeos alemanes a las fábricas y del asedio de los submarinos con los barcos mercantes.

Firme hasta el final en sus posiciones, dijo durante una reunión del gabinete: «Estoy seguro que cada uno de ustedes se pararía y me destrozaría si en algún momento contemplara negociación o la rendición. Si la larga historia de esta isla nuestra fuera a terminar, que termine sólo cuando cada uno de nosotros yace en la tierra convulsionando en su propia sangre».

Los esfuerzos, iniciativas, trabajo en conjunto e inspirador tuvieron el mayor éxito. Alemania se rindió incondicionalmente el 8 de mayo de 1945, y poco después Churchill, con 70 años, dejó el poder. Volvió a ser Primer Ministro entre 1951 y 1955, cuando finalmente reconoció que sus fuerzas no eran las de antaño. El peso de las responsabilidades iría cobrando un peaje alto en su salud, llegando a sufrir varios ataques al corazón tanto durante el tiempo que fue Primer Ministro como luego de dejar el poder. A pesar de la carga llevada en los hombros, su energía era tal que sorprendía a propios y extraños. Avanzado en edad, tuvo que ser ingresado en un hospital, y al recuperarse, fue memorable su salida en silla de ruedas, elegantemente vestido, y con un tabaco en los labios.

A los 90 años, su organismo dejó de funcionar. Su funeral de Estado fue uno de los eventos más significativos de la historia del Reino Unido y el mayor funeral de esta categoría hasta esa fecha. Los ciudadanos hicieron largas filas para desfilar frente al féretro en la Abadía de Westminster. Se estima que 300,000 personas pasaron frente a su ataúd. El servicio funerario en la catedral St. Paul incluyó 6,000 personas, incluyendo seis monarcas y 15 jefes de estado. En vez de un mausoleo en Londres, prefirió ser enterrado en una sencilla tumba junto a sus padres cerca de Blenheim, donde nació. Al transportar su féretro por el Támesis, las grúas junto al río bajaron los brazos como una coreografía en señal de respeto.


En 2002 Churchill fue votado como el ciudadano británico más grande de todos los tiempos.


Luego del funeral de su esposo en enero de 1965 Clementine comentó a su hija: «Sabes, Mary, no fue un funeral. Fue un triunfo». En 2002 Churchill fue votado como el ciudadano británico más grande de todos los tiempos. Su ejemplo y su legado han sido y serán fuente de referencia en el sector público y en las organizaciones privadas. Su liderazgo sigue inspirando a muchos.